martes, 14 de mayo de 2013

PRIMEROS POBLADORES EN EL PERÚ


MEGAFAUNA GIGANTE EN AMÉRICA


EL PRECERÁMICO EN LOS ANDES CENTRALES

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EL PRE CERÁMICO EN LOS ANDES CENTRALES

Al hablar de los primeros hombres que invadieron, el suelo, que más tarde habría de ser el territorio del Perú, debemos considerar los restos que se han encontrado. Estudiaremos no solo los restos fósiles humanos (parte o totalidad del cuerpo humano), si no algunos yacimientos arqueológicos, que contienen vestigios humanos (artefactos de piedra, de hueso, de fogones, etc.) desde hace 20, 000 años aproximadamente. Ahora desarrollaremos cada Estadío (Periodo) cultural con sus respectivas características, restos y vestigios humanos.






VESTIGIOS DEL PERIODO LÍTICO -PRE AGRÍCOLAS

Periodo de los cazadores Nómadas 




VESTIGIOS DEL PERIODO ARCAICO  INFERIOR Y SUPERIOR
Periodo de los Horticultores seminómades y de los agricultores sedentearios

LAS BASES DE LA CULTURA ANDINA

En los Andes el parentesco y la reciprocidad rigieron la vida de la población. Ésta se encontraba organizada en ayllus o familias extendidas que aparecieron hacia el primer milenio a.C. Sus miembros se reconocían parientes entre sí porque descendían de un antepasado común. Este vínculo ancestral (parentesco simbólico) les obligaba a ayudarse mutuamente. En este sentido la reciprocidad se basó en el parentesco, y era un intercambio de trabajo o ayuda que se medía en tiempo de servicio. Si alguien se negaba a prestar ayuda a sus parientes recibía la sanción del grupo que podía llegar hasta la expulsión.
Las formas de trabajo al interior del ayllu eran el ayni (intercambio de servicios entre personas de un mismo status), la minca (faenas colectivas que beneficiaban a todo el grupo) y la mita (trabajo rotativo en beneficio del curaca). Los curacas eran los jefes del ayllu y eran elegidos mediante actos rituales. Ellos organizaban el trabajo, administraban justicia y dirigían el culto. En los tiempos del Tahuantinsuyo fueron los mediadores entre el Inca y el ayllu.   
En una economía sin moneda, sin mercado ni comercio, y sin un tributo tal como lo conocemos hoy , los principios de parentesco y reciprocidad fueron claves. De esta manera se desarrolló una reciprocidad con una jerarquía superior: el curaca o el Inca. Esta reciprocidad asimétrica fue la “redistribución”. En ella la autoridad proveía a los ayllus de recursos (alimentos, coca, tejido) según sus necesidades y en retribución a su trabajo en la mita. Los ayllus no daban productos a la autoridad en forma de tributo, ni el estado remuneraba con salario el trabajo de los indios. Todo esto funcionaba por medio de la reciprocidad. Los curacas, y luego los incas, almacenaban los productos obtenidos de la mita en depósitos (colcas) para luego redistribuirlos a los ayllus. Por lo tanto el poder y la riqueza no se medían en función de la acumulación de bienes sino en la capacidad de movilizar mano de obra a través del parentesco y la reciprocidad.  


lunes, 6 de mayo de 2013

ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN ANDINA


JULIO C. TELLO
 "Padre de la Arqueologia Peruana"

EL PROBLEMA DE LA ORIGINALIDAD CULTURAL


El descubrimiento de la cultura Chavín en 1919, amplió notoriamente el conocimiento que se tenía sobre el origen y antigüedad de la cultura peruana. Hasta ese entonces pre­valecía la tesis impuesta por el notable arqueólogo alemán Max Uhle (1856‑1944), que afirmaba que las primeras y más antiguas culturas peruanas, la Proto-Nazca y la Proto­-Chimú, se habían desarrollado a comienzos de la era cris­tiana, siguiendo normas de comportamiento e influencias de origen mexicano. Estos conceptos resumen la llamada teoría inmigracionista. El descubrimiento de Chavín, con su antigüedad de tres mil años, permitió a su descubridor, el insigne arqueólogo peruano Julio C. Tello (1880‑1947), refutar las opiniones de Max Uhle, y formular su teoría del autoctonismo cultural, que, en otros términos, sostiene que el origen y desarrollo de nuestra cultura es el resultado de la creatividad milenaria del hombre peruano, que, ajeno a toda influencia foránea, en Chavín había forjado la pri­mera y más antigua alta cultura del Perú. Chapín —según el sabio Tello— era nuestra cultura matriz, de la que pro­venían todas las demás.

La teoría autóctonista ha contado con la adhesión crí­tica de serios y prestigiosos investigadores, que estiman como altamente improbable la posibilidad de influencias extrañas en el formativo peruano. No obstante hay arqueó­logos e historiadores de reconocida probidad científica que han cuestionado los planteamientos de Julio C. Tello. El destacado arqueólogo peruano Federico Kauffmann Doig ha buscado la raigambre de lo chavín en las sociedades precerámicas peruanas, y ha llegado a la conclusión de que “lo pre‑chavín no parece contener los antecedentes de lo chavín". Ante la ausencia de elementos formativos, en sue­lo propio, Kauffmann admite la posibilidad de que las raí­ces de lo chavín no estén en el Perú sino en centros formativos foráneos. A este punto de vista se le conoce como la teoría aloctonista. El estudio comparado de ciertos fenómenos mágico‑religiosos ha contribuido a robustecer sus puntos de vista, que solo intentan. esclarecer un importan­te problema científico.