lunes, 6 de mayo de 2013

ORÍGENES DE LA CIVILIZACIÓN ANDINA


JULIO C. TELLO
 "Padre de la Arqueologia Peruana"

EL PROBLEMA DE LA ORIGINALIDAD CULTURAL


El descubrimiento de la cultura Chavín en 1919, amplió notoriamente el conocimiento que se tenía sobre el origen y antigüedad de la cultura peruana. Hasta ese entonces pre­valecía la tesis impuesta por el notable arqueólogo alemán Max Uhle (1856‑1944), que afirmaba que las primeras y más antiguas culturas peruanas, la Proto-Nazca y la Proto­-Chimú, se habían desarrollado a comienzos de la era cris­tiana, siguiendo normas de comportamiento e influencias de origen mexicano. Estos conceptos resumen la llamada teoría inmigracionista. El descubrimiento de Chavín, con su antigüedad de tres mil años, permitió a su descubridor, el insigne arqueólogo peruano Julio C. Tello (1880‑1947), refutar las opiniones de Max Uhle, y formular su teoría del autoctonismo cultural, que, en otros términos, sostiene que el origen y desarrollo de nuestra cultura es el resultado de la creatividad milenaria del hombre peruano, que, ajeno a toda influencia foránea, en Chavín había forjado la pri­mera y más antigua alta cultura del Perú. Chapín —según el sabio Tello— era nuestra cultura matriz, de la que pro­venían todas las demás.

La teoría autóctonista ha contado con la adhesión crí­tica de serios y prestigiosos investigadores, que estiman como altamente improbable la posibilidad de influencias extrañas en el formativo peruano. No obstante hay arqueó­logos e historiadores de reconocida probidad científica que han cuestionado los planteamientos de Julio C. Tello. El destacado arqueólogo peruano Federico Kauffmann Doig ha buscado la raigambre de lo chavín en las sociedades precerámicas peruanas, y ha llegado a la conclusión de que “lo pre‑chavín no parece contener los antecedentes de lo chavín". Ante la ausencia de elementos formativos, en sue­lo propio, Kauffmann admite la posibilidad de que las raí­ces de lo chavín no estén en el Perú sino en centros formativos foráneos. A este punto de vista se le conoce como la teoría aloctonista. El estudio comparado de ciertos fenómenos mágico‑religiosos ha contribuido a robustecer sus puntos de vista, que solo intentan. esclarecer un importan­te problema científico.

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